VICENÇ BATALLA. El año del cierre de la cultura se ha publicado más música que nunca. Quizás porque los músicos estaban obligados a quedarse en casa y necesitaban dejar ir su obsesión creativa ya que no podían actuar y sacaban del cajón todo aquel material que esperaba una oportunidad como esta. Sea en formato físico o simplemente digital. Y nosotros lo agradecemos, encerrados como estábamos y con el síndrome de agarrarnos a cualquier vía de escape para que no se nos cayeran las paredes encima.
En este sentido, porque hemos escuchado en casa más música que nunca y hemos querido hace de ello una selección de las novedades lo más amplia posible, cuando nos hemos dado cuenta habíamos acumulado más de veinte horas de canciones susceptibles de integrar una playlist en Spotify. Para proporcionar una escucha más ágil, hicimos una primera selección reduciéndolo a la mitad. Y, finalmente, lo hemos dejado en cuatro horas y media para que esta escucha se haga en unos términos razonables.
Esto nos ha obligado a dejar fuera no solo buenas canciones, sino también temas representativos de buenos álbumes y de artistas que este año merecerían ser destacados. Para dar una unidad a esta playlist, el encadenamiento nos ha llevado a privilegiar más unos estilos que otros y así seguramente hay una falta de música negra y de jazz libre respecto a temas bailables al principio, electrónica poco convencional a continuación, rock insumiso y paisajes íntimos para cerrar. Quizás estas ausencias nos servirían para confeccionar otra lista en esta otra dirección más adelante.
Las fuentes para guiarnos en este recorrido han sido los medios que consultamos habitualmente y que nos acompañan en nuestra intuición: la revista española Rockdelux, desaparecida en papel este 2020 pero reaparecida recientemente en una nueva web; el semanario francés Les Inrockuptibles, que siempre nos aporta una dimensión más allá de la música; y el mensual británico The Wire, atento a todas las nuevas formas sonoras.
Hay desde super ventas, que también resultan dignos de atención, hasta artistas desconocidos o que se acaban de estrenar y sirven de balanza en un mundo tan unívoco como heterogéneo. Predominan las músicas en inglés, pero se pueden escuchar hasta ocho lenguas. No solo castellano, catalán y francés, sino también italiano, portugués, corso y árabe. Y el apartado latino, sea a un lado u otro del Atlántico, está bien relleno de la hibridación de rap, trap, reguetón y los palos de género más antiguos. Os lo podéis saltar, pero os perderíais algunas de las joyas de la selección.
En un año en que la pandemia ha aumentado la mortalidad en todo el mundo, también nos han dejado demasiados artistas que quizás aun nos hubieran podido dar más alegrías. Y en este recuerdo destacamos al nigeriano Tony Allen de quien hemos escogido su colaboración con Damon Albarn por el último disco de Gorillaz Song machine, pero que por ejemplo cuenta con otras publicaciones recientes como la segunda grabación con el trompetista sudafricano Hugh Masekela Rejoice o el proyecto de afrobeat de los británicos Coldcut Keleketla!.
Para complementar el apartado sonoro os añadimos una selección de algunos de los videoclips (25) más logrados del año, de artistas que pueden coincidir o no con su tema escogido en la lista. A menudo, son obras que traspasan su aspecto meramente funcional y se convierten en creaciones por sí mismas.
Y porque nada es neutral, y menos cuando un virus trastoca la economía planetaria, hemos ilustrado esta playlist con uno de los peligros del mundo de después: que una sola compañía nos lleve a casa eso que pedimos a cambio de unas relaciones laborales trituradas y desaparezcan todos los pequeños comerciantes y pequeñas estructuras que hacen que continuemos teniendo ganas de salir afuera a encontrarnos con los otros. ¡Buena escucha!
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