VICENÇ BATALLA. La reinterpretación de Bach a lo largo de los siglos no se acaba nunca, y el proceso de creación de Mal Pelo tampoco. La compañía de María Muñoz y Pep Ramis ha cerrado un trabajo de dieciocho años en torno al principal músico del Barroco, pero que se regenera en cada espectáculo en función de los lugares donde se produce. Parte de su tetralogía The Bach Project pasó por la Grande Halle de La Villette parisiense en noviembre pasado y sigue recorriendo la geografía europea y adaptándose a los diferentes escenarios. Como las variaciones, las fugas y los contrapuntos del maestro alemán, el movimiento de los cuerpos y las ideas de Mal Pelo continúa en evolución, en estrecho contacto con compositores, instrumentistas, cantantes, escritores, videoartistas y otros coreógrafos para imaginar nuevas realidades pero siempre con el contacto físico y el espectador. Así también han recreado durante seis meses este mundo propio en el espacio contemporáneo mallorquín de Es Baluard en la instalación inmersiva Before the Words. Refugio temporal. Desde esta charla en París con María y Pep, desvelamos las presencias y las ausencias de este itinerario siempre por descubrir.
Empezamos por la verticalidad, porque hasta la época contemporánea no parecía que la virtuosidad y el misticismo de Johann Sebastian Bach (1685-1750) cuadraran con la danza moderna. Pero tanto María como Pep han encontrado un filón en una técnica que permite expresar las individualidades de cada bailarín y, a la vez, hacerlos converger en momentos de comunión colectiva. “A nivel del pensamiento coreográfico, es muy rico porque hay un paralelo entre lo que se aprende escuchando Bach y lo que nosotros hacemos”, nos explica la coreógrafa y bailarina valenciana tras la sexta y última actuación que hicieron en La Villette de Inventions, el tercer capítulo de esta tetralogía. “Vas encontrando, por ejemplo, como conviven las voces de una manera más horizontal y como, de vez en cuando, coinciden y sientes una verticalidad”.
“Tanto en ‘Inventions’ como en ‘Highlands’ (el cuarto capítulo del proyecto), estamos tocando música que es más sacra”, nos reconoce por su parte el también coreógrafo y bailarín mallorquín. “Bach, con esta música, es muy vertical. Tiene una línea ascendente espiritual muy fuerte y parte de esta música nace de reversionar música folclórica. Esta verticalidad, esta contraposición, es lo que nos interesa. Trabajamos la cosa más mundana a través de textos para hablar de nuestro mundo”. Una alusión a Inventions y Highlands que hay que puntualizar porque, tres días después, la compañía se iba a la ciudad periférica de Cergy-Pontoise, en el espacio de Points Communs, para presentar la segunda de las obras pero con el mismo equipo de dieciséis personas sobre el escenario.
Los espacios como inspiración escenográfica
Inventions es fruto de un trabajo en pleno confinamiento de la pandemia, en la primavera de 2020, para introducir, precisamente, músicos y cantantes en directo respecto a las dos anteriores obras del ciclo: Bach, el solo de María creado en 2004, y On Goldberg Variations/Variations, de 2019, donde ya intervenían más miembros de la compañía a partir de la versión más jazzística del pianista norteamericano Dan Tepfer de estas célebres variaciones del músico germánico. En el Mas Espolla de Celrà, al norte de Girona, en que Mal Pelo tiene su sede, L’animal a l’esquena, de creación, residencias y talleres, se reunieron durante el confinamiento en una burbuja todo el futuro equipo. Lo que se convertiría en un grupo de ocho bailarines, un cuarteto de cuerda y un cuarteto de canto bajo la batuta de Joel Bardolet y Quiteria Muñoz. Quince intensos días de donde saldrían para interpretar y bailar fragmentos de las Cantatas, la Partita nº II y El arte de la fuga de Bach. Sacro y profano, a la vez.
Y, de allí, al espacio de Les Drassanes, el Museo Marítimo barcelonés, dentro de un Festival Grec 2020 salvado de la covid por espectáculos locales como este. Inventions efectuaba allí su estreno tras experimentaciones previas en el Dansàneu del Pallars pirenaico, el Sismògraf de Olot, Les Prederes de s’Hostal menorquinas y el IVAM de Valencia. Las gruesas columnas de las Drassanes obligaban a pensar en una escenografía especial, como fue el caso más tarde en el monasterio románico de Sant Pere de Galligants, dentro del Temporada Alta de Girona.
La adjunta a la programación del Teatro de la Ville de París, Claire Verlet, y que cuentan con Mal Pelo en diferentes espacios de la ciudad desde el solo Bach en 2013, y el director de la programación de La Villette, Frédéric Mazelly, se enamoraron de este Inventions y es lo que les pidieron hacer un año y medio después. Entremedias, la compañía creó Highlands, incluyendo otras músicas como contrapunto a Bach y con un escenario negro en lugar del blanco inicial. “En realidad, el ’Inventions’ que hemos hecho hoy y el ‘Highlands’, que estrenamos en mayo de 2021 en el Mercat de les Flors barcelonés, es un mismo proceso”, precisa María. “Y como el espacio de La Grand Halle es grande, nos dijimos que reproduciríamos el espectáculo de Drassanes, sin columnas: veinticinco metros, que es como tres escenarios juntos. ¡Una barbaridad!”. “Normalmente, no puedes trabajar con la misma profundidad en otras escenas”, añade Pep. “El hecho de tener la perspectiva para poner diferentes capas, es maravilloso”.
El contrapunto contemporáneo en el barroco
En Highlands, esta contraposición musical se vale del compositor contemporáneo estonio Arvo Pärt (My Heart’s in the Highlands), los barrocos Händel y Purcell y los también contemporáneos Benjamin Britten y György Kurtág. La principal novedad en el Inventions de La Villette fueron los acordes del Bright Horses de Nick Cave (del álbum Ghosteen, de 2019) que se enlaza con la cantata de Bach Leite mich in deiner Wahrheit (Guíame en tu verdad), con el mismo espíritu místico pero desacralizado que aporta la letra del poeta punk-rock australiano.
Lo bailan María, Pep, los ya habituales en la compañía Federica Porello, Leo Castro, Zoltàn Vakulya, Enric Fàbregas y las nuevas incorporaciones Miquel Fiol y Ona Fusté. Lo interpretan Bardolet y Jaume Guri, al violín, Masha Titova, a la viola, y Daniel Claret, al violoncelo. Y lo cantan la soprano Quiteria Muñoz, el contratenor David Sagastume, el tenor Mario Corberán y el bajo Giorgio Celenza. Un equipo procedente de toda Europa, pero básicamente instalado en Celrà, Valencia y Basilea y que se integran en una escenografía minimalista pero cambiante, como personajes mitológicos surgidos de las entrañas de los tiempos, medio hombres, medio animales salvajes.
Y porque el barroco no se convierta en un encorsetamiento, han encontrado en la creadora de espacios sonoros francesa Fanny Tholot su colaboradora ideal para que la improvisación musical también forme parte de la obra. La conocieron en proyectos compartidos con la pareja de circo contemporáneo franco-catalana Baró d’Evel y ya llevan siete espectáculos con ella, quien también les hace composiciones. “Cuando necesitamos distorsionar, sabe muy bien cómo jugar y cómo hacer la evolución y que, por ejemplo, los violines suenen como guitarras en el caso de los ‘Conciertos de Brandeburgo’”, destaca Pep. “Es capaz de relacionar el sonido con una poética del espacio”, incide María.
Las palabras de John Berger y Erri de Luca
La palabra, en este sentido, también tiene un papel especial en sus creaciones, y el trabajo que se hace con textos inéditos. Que pueden inspirar y pueden ser declamados. Su gran acompañante en esta investigación fue durante doce años John Berger, el escritor inglés y crítico de arte residente en Francia y que murió en 2017 a los noventa años. Suyos son todos los textos y la voz grabada de On Goldberg Variations/Variations, excepto uno del argentino Juan Gelman. Y, por ello, Highlands también empieza con el poema We de Berger, cuando el grupo llega andando a escena. “John era una persona bastante alucinante, muy empático”, recuerda como alabanza María. Ahora, su nuevo acompañante literario es el ensayista y también poeta italiano Erri De Luca, muy comprometido con las causas altermundialistas, de quien se leen textos en Inventions/Highlands. “La relación con Erri es más juguetona, como más ligera”, compara la misma coreógrafa.
Volviendo a Bach y viendo todas estas digresiones para conectarlo con la actualidad, Pep se hace una serie de preguntas como escenógrafo para no tenerle miedo: “¿Cómo tocas Bach, hoy, ahora? ¿Cómo puedes dar tu voz al lado sin ser demasiado irreverente, sin perderle el respeto, pero haciendo lo que te dé la gana? Tienes que ser fuerte para decir yo estoy bailando con Bach y qué pasa”. Y, tras la larga secuencia de la pandemia, que produjo momentos especialmente emotivos como el reencuentro del público en el Grec en julio de 2020, el mismo coreógrafo se formula estas otras cuestiones: “Una de las preguntas que ha dejado la pandemia es cómo tenemos que estar aquí. Cómo tenemos que estar los unos con los otros. Cómo nos podemos reinventar. Lo que pasa es que no tiene respuesta fácil. Pero la pregunta ya es bastante potente”.
De la inmersión en Es Baluard al dúo infinito
Al hilo de este cuestionamiento y mientras prosiguen con las diferentes versiones de su proyecto Bach, la pareja de directores de Mal Pelo ya están preparando su nueva pieza como dúo Double Infinite (The Bluebird Call). “De vez en cuando nos gusta hacer una pieza un poco de reencuentro, para no estar pendientes tanto de los otros”, nos adelantaba María después de estos espectáculos corales. “Son momentos importantes donde nos planteamos muchas cosas del lenguaje y de ir adaptando nuestros cuerpos al momento que vivimos, y a la edad que tenemos”. Ambos alrededor de la sesentena. Este dúo, en el cual no descartan que también haya colaboraciones en directo, ya tiene fecha de estreno entre el uno y el 9 de julio de 2023 en el Teatre Nacional de Catalunya, dentro del próximo Grec. El Teatro de la Ville parisiense también lo acogerá, en una conexión al otro lado de la frontera que pasa a menudo a su vez por L’Archipel de Perpiñán o el Garonne de Toulouse.
De momento, del 11 de marzo al 26 de agosto han reunido en Es Baluard, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma, su trabajo en los últimos diez años de manera inmersiva y bajo el enunciado Before the Words. Refugio temporal. “Es una revisión del espacio conceptual, de toda la producción que hemos hecho audiovisual, los textos que nos han acompañado, las ideas sobre la iluminación…”, nos avanzaba Pep antes de ir ambos al museo con antelación en febrero para modificar sobre la marcha todos estos archivos de imágenes, palabras y sonidos. “De repente, un texto puede ser que sea traducido en una pequeña cápsula de vídeo que incluye letra e imagen. O que ciertas ideas de iluminación vayan a parar a una de las partes de la exposición. O que un poema de John (Berger) esté metido en un pasillo larguísimo donde lo vayas escuchando”.
Nosotros no hemos podido ir a ver el resultado final para adentrarnos en este proceso creativo, con los Mal Pelo aunque sin los Mal Pelo. Pero por qué nos despedirnos con lo que les decía en un encuentro a tres bandas John Berger tras haber presenciado el espectáculo He visto caballos, de 2008, que también contaba con textos suyos, y que se recoge en el programa de mano de la instalación en Es Baluard:
“El valor del silencio, el valor de la oscuridad, el valor de la quietud son muy importantes en la narrativa verbal. Y son muy importantes en la narrativa escénica” (…) “Es muy interesante comparar la narración, el arte de explicar historias —que es tan antiguo, en la historia humana, como el de hacer imágenes— con el invento contemporáneo de la información. La información es inacabable y es lo contrario de la narración. Incluso cuando esta información explica historias —porque a menudo habla de historias— no tiene ningún tipo de poder narrativo, porque no tiene silencios”.
“Creo que muy a menudo, en la narrativa, estos momentos de silencio o bien estos saltos son una forma de respeto, un tipo de reconocimiento de las reverberaciones de aquello que se acaba de decir” (…) “Es una comparación obvia, pero cuando estáis quietos en el suelo, o cuando de repente caéis, se produce un momento de un dramatismo extraordinario, un momento que plantea una pregunta para la cual realmente no tenemos una respuesta. Y el hecho de no saber afectará nuestra manera de reaccionar, tanto si os quedáis allí quietos como si os levantáis”.
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