Claudia Calviño, liderando un nuevo cine cubano independiente

VICENÇ BATALLA | Claudia Calviño, responsable de la cubana Producciones de la 5ta. Avenida, en el festival Cinélatino de Toulouse
VICENÇ BATALLA | Claudia Calviño, responsable de la cubana Producciones de la 5ta. Avenida, en el festival Cinélatino de Toulouse

VICENÇ BATALLA. Cuba pasó de ser un referente en el cine latinoamericano y mundial después de la revolución a empequeñecerse durante el llamado Periodo Especial, en los años noventa. De esa época aun no ha acabado de salir, y si lo hace es gracias a un nuevo circuito de producción independiente que tiene en la avispada figura de Claudia Calviño un pilón. Sí, porque en un circuito monopolizado por el Estado es posible realizar películas que no dependan de él a partir de financiaciones internacionales.

Así se hizo en 2011 Juan de los muertos, de Alejandro Brugués, y así se han efectuado otros filmes de Carlos Lechuga aunque algunos de ellos estén censurados en el país. Calviño también participó en la producción de Yuli, de Icíar Bollaín, y sigue preparando proyectos de ficción y documental que presenta en los programas Cine En Construcción y En Desarrollo de los festivales Cinélatino de Toulouse y de San Sebastián. Repaso con la propia interesada sobre la creación cinematográfica en la isla caribeña y las fuerzas centrífugas de dentro y de fuera que la costriñen.

La activa Claudia Calviño, de 36 años, vino a presentar al festival Cinélatino en Toulose en marzo El viaje extraordinario de Celeste García, de Arturo Infante. Una comedia en clave de ciencia ficción de serie B, y una nueva metáfora sobre la situación política y social en Cuba, que continúa sin miedo su trabajo de promover a jóvenes cineastas que empezó en 2006 con Producciones de la 5ta Avenida.

Al empezar, se trataba de cortometrajes y documentales y, desde entonces, ya acumula cinco largometrajes de ficción y un largo número de colaboraciones con otras productoras internacionales de mayor peso. En la lista, nos cruzamos con algunos de los proyectos más estimulantes en los últimos años en la isla que tuvo un momento floreciente con la distensión entre Raúl Castro y Barack Obama a mediados de la década y que se rompió con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Otra cosa es que estas películas se distribuyan también en Europa y, más concretamente, en España. Dependen de cuáles sean los socios. “Ufff, cada película es como una batalla que una intenta”, reflexiona suspirando Calviño desde el hotel donde esta alojada en la ciudad occitana. “Se lo decía el otro día a unos amigos alemanes, ingleses y de otros países que se reían de mí porque les contaba cómo funcionaba en Cuba. Yo misma ni sé cómo logré sacar adelante cada película. Uno va pa’lante y va consiguiendo por aquí, por allá; un día te ayuda este, el otro día otro…”.

El monopolio del ICAIC

LAURA MORSCH | Francis Saint-Dizier, presidente de la entidad que organiza el festival Cinélatino, y Claudia Calviño
LAURA MORSCH | Francis Saint-Dizier, presidente de la entidad que organiza el festival Cinélatino, y Claudia Calviño

Y aquí entramos de lleno en el problema actual de Cuba para la producción cinematográfica. “En la mayoría de los países latinoamericanos, existen leyes de cine, existen fondos de fomento o mecanismos de financiación ya sea públicos o privados. Ya sean incentivos fiscales. Es decir, existen mecanismos y estructuras que intentan apoyar la producción nacional. En Cuba, no tenemos nada de eso aun”.

Una paradoja teniendo en cuenta que el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), que ahora cumple sesenta años, llegó a ser un promotor para todo el continente. Pero la Ley del Cine todavía es la de 1959. Y el ICAIC sigue siendo la principal productora del país, y quien distribuye los permisos de cualquier rodaje, pero no financia filmes que se salgan de la línea oficial. La empresa de Calviño ni ha solicitado ni ha obtenido nunca ninguna ayuda.

“En la historia latinoamericana, Cuba tuvo un papel muy importante y de vanguardia. De alguna manera, fue una luz. Con las escuelas y con la fundación del propio ICAIC. Y, ahora, nos hemos quedado muy atrás. Esa es la dificultad principal: no tenemos ni acceso a fondos públicos, ni acceso a dinero privado. Porque somos un país socialista y no existe la empresa privada. Entonces, ¿cómo lo hacemos? No hay una fórmula. Unos ponen el dinero que una abuela les dio. Otros consiguen una cámara y no pagan a nadie… Pero lo común es que el financiamiento principal venga de otros países. Son coproducciones con Francia, España, Alemania, con otros países de América Latina…”.

La censura y el ‘paquete semanal’

ARCHIVO | Ederlys Rodríguez Pérez y Lola Amores, los actores de la película cubana <em>Santa y Andrés</em>
ARCHIVO | Ederlys Rodríguez Pérez y Lola Amores, los actores de la película cubana Santa y Andrés

El público cubano no ha dejado de ir al cine a causa de ello. “Si tú vas al Festival de Cine de La Habana, las colas para ver las películas cubanas son inmensas: ¡de dos, tres, cuatro, cinco cuadras! Y eso es una maravilla. El público cubano es cinéfilo. Ve las películas cubanas, las europeas, las latinoamericanas… El precio del cine es muy económico. Algo que yo defiendo, porque debe haber acceso a las películas nacionales. Vale dos pesos, que es el equivalente a diez centavos de euros. Es mucho más barato que ir al teatro o a un concierto. Pero no hay ningún tipo de mecanismo para que los ingresos de este público generen dinero para la producción y distribución doméstica”.

Durante la presentación ante el público de El viaje extraordinario de Celeste García, Calviño aun fue más directa: “el ICAIC no es un mecanismo democrático, porque pone obstáculos para los contenidos y controla las historias que se explican. Hay películas que no se pueden ver. Es una mirada con prejuicios de los responsables gubernamentales. Además, en Cuba no existe el circuito alternativo. Las salas son propiedad del Estado. La única esperanza alternativa es la piratería. Hay lo que se denomina el ‘paquete semanal’, una llave USB con películas cubanas e internacionales y cuyo precio varía en función de su antigüedad”. En otra presentación de una de sus películas, fue más lejos: “no hay dinero, hay censura. Y no hay ganas de que haya cine independiente”.

Así, los cubanos han podido ver con este paquete semanal la prohibida Santa y Andrés de Carlos Lechuga, un filme de 2016 que es la historia real con nombre cambiado de un escritor homosexual perseguido (y que recuerda a Fresa y chocolate de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, de 1994). Su productora se lamenta en la entrevista de que haya tenido que ser así. “¡Ya la vieron, Santa y Andrés! ¡Ya pasó por toda la piratería cubana, por supuesto! Pero no pudimos experimentar cómo la gente llora, ríe o se relaciona con la película. Eso nos lo perdimos. Y fue muy triste”.

La sacudida de Juan de los muertos

ARCHIVO | Una imagen del filme sobre zombis en La Habana J<em>uan de los muertos</em>, de Alejandro Brugués
ARCHIVO | Una imagen del filme sobre zombis en La Habana Juan de los muertos, de Alejandro Brugués

Los especialistas en cine cubano, como la francesa Magali Kabous en el número 27 de la revista anual Cinémas d’Amérique Latine editada por el propio festival de Toulouse, coinciden en situar el nacimiento de esta cinematografía independiente en 2011 con Juan de los muertos de Alejandro Brugués. Paralelamente, Calviño produjo los tres primeros cortometrajes de Lechuga (Cuca y el pollo, Los bañistas y Planeta cerquillo) y su primer largometraje Melaza en la Cuba rural.

Con Brugués se atrevió a parodiar valiéndose del subgénero de los zombis las obsesiones de la sociedad cubana, tanto respecto al poder interno como al bloqueo exterior. “Es cierto que un cine más frontal tiene problemas. Y, en Cuba, la manera de hablar y mostrar la cara más compleja de nuestra realidad ha sido el uso de la comedia. Pero no tanto el uso de género. Hay muy pocas películas de género en Cuba como ‘Juan de los muertos’. Aunque también sea una comedia”.

En este caso, como hubo producción española, se llegó a estrenar en la Península e incluso recibió un Goya a la mejor película iberoamericana. Es el único caso para Calviño, porque los dos largometrajes de Lechuga siguen inéditos en las salas españolas. Así como Candelaria, del colombiano Jhonny Hendrix Hinostoza, que relata la curiosa historia de dos ancianos que triunfan involuntariamente en el mercado negro del porno en pleno Periodo Especial. Y tampoco hay noticias de que se vaya a ver El viaje extraordinario de Celeste García.

Una distribución aleatoria en España

ARCHIVO | Imagen de la película en blanco y negro <em>La obra del siglo</em>, del cubano Carlos Machado Quintana
ARCHIVO | Imagen de la película en blanco y negro La obra del siglo, del cubano Carlos Machado Quintana

“Nos ha sido muchas veces más sencillo encontrar espacios, para festivales y distribución, en Francia que en España”, constata la implicada. A España, llegan cintas más comerciales como Conducta y Sergio & Serguéi, de Ernesto Daranas. Esta última, de 2018, fue producida conjuntamente por el ICAIC y la barcelonesa Mediapro. Eso no es obstáculo para que Calviño conserve una estrecha relación con Barcelona porque, en su momento, llegó a efectuar una estancia en Mediapro.

Y difícilmente algún día se vea en España la extraordinaria La obra del siglo, de Carlos Machado Quintana y producción de la argentina Rizoma Films, que obtuvo en 2015 el Gran Premio en el exigente Festival de Rotterdam. Ejemplo genuinamente independiente, en ella se combina ficción con documentos reales del proyecto con la Unión Soviética de la primera central nuclear en la isla que nunca se llegó a ejecutar y que sirve para narrar un ácido triángulo masculino con tres generaciones diferentes en esa ahora fantasmagórica ciudad nuclear.

En sentido inverso, Regreso a Itaca del francés Laurent Cantet y basado en un texto del escritor cubano-español Leonardo Padura fue censurada en un principio por las autoridades en el Festival de La Habana. Pero, cuando esta historia en castellano con actores cubanos en una azotea de la capital hablando de esperanzas, frustraciones y exilios ya circulaba en el ‘paquete semanal’, se acabó autorizando en el Festival de Cine Francés en primavera de 2015.

El nuevo viaje de María Isabel Díaz

ARCHIVO | Momento del filme <em>El viaje extraordinario de Celeste García</em>, de Arturo Infante, con la actriz María Isabel Díaz en medio
ARCHIVO | Momento del filme El viaje extraordinario de Celeste García, de Arturo Infante, con la actriz María Isabel Díaz en medio

Respecto a la distribución en la Península de El viaje extraordinario de Celeste García, existe siempre el acicate de la actriz protagonista María Isabel Díaz que vive en España y ha participado en películas de Almodóvar. En Cuba, hacía quince años que no trabajaba. Calviño, que recordaba el impacto que tuvo en ella su rol en Una novia para David de Orlando Rojas en 1985 donde interpretaba a una estudiante revolucionaria a quien su rellena constitución no es obstáculo para llamar la atención de algunos compañeros, tenía mucho interés en que volviera a actuar en un filme en la isla. Por ello, estuvo presente en todo el rodaje de una película que vuelve a usar la comedia y el subgénero para hablar del deseo de muchos cubanos de huir del país.

“Sí, hay una metáfora sobre Cuba”, reconoció Calviño ante los espectadores en Toulouse. “Y una metáfora sobre lo que todos saben: que los cubanos se quieren marchar, pese a los problemas con la burocracia. Pero, más allá de esta alegoría, lo que me atrae del director Arturo Infante es la manera cómo tiene de jugar con los personajes y símbolos del discurso oficial de forma sarcástica”.

Colaboración con Bollaín por Yuli

ARCHIVO | El actor Edilson Manuel Olvera, en la piel del bailarín Carlos Acosta cuando era niño en <em>Yuli</em> de Icíar Bollaín
ARCHIVO | El actor Edilson Manuel Olvera, en la piel del bailarín Carlos Acosta cuando era niño en Yuli de Icíar Bollaín

Un planteamiento en dirección contraria es el de Yuli, de la española Icíar Bollaín, un biopic del famoso bailarín Carlos Acosta que se marchó de la isla porque así se aseguraba un recorrido que llegó hasta el Royal Ballet británico pero ha vuelto para formar su propia compañía Acosta Danza que aparece asimismo en pantalla. Una historia con final feliz y guión del inglés afincado en Madrid Paul Laverty quien también escribe las películas para Ken Loach. La productora madrileña Morena Films buscaba en Cuba un aliado que conociera mejor el país y lo encontró en Producciones de la 5ta Avenida.

“La preocupación de Bollaín y Laverty era saber cómo se comportaban los cubanos”, explicó Calviño cuando se mostró la película al público de Toulouse. “El filme se presentó en diciembre del año pasado, ante 5.000 personas, en el teatro Karl Marx XL de La Habana. Estaba abarrotado porque, en Cuba, Carlos Acosta es un héroe”.

Este tipo de colaboración es habitual en la isla con productoras que vienen de fuera y contribuyen a consolidar estas células independientes. Fue así con Calviño para el documental estrenado en 2017 Buena Vista Social Club: Adiós, la segunda parte de aquel retrato de Wim Wenders del legendario grupo cuando aun lo comandaba Compay Segundo. En esta ocasión, las imágenes se concentran en Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo y Manuel Guajiro Mirabal y la dirección corre a cargo de la inglesa residente en Los Ángeles Lucy Walker. El año anterior, ya habían trabajado conjuntamente para la realización en realidad virtual de An history of Cuban dance.

El paréntesis Obama

ARCHIVO | El cartel del documental <em>Buena Vista Social Club: Adiós</em>, de 2017, de Lucy Walker
ARCHIVO | El cartel del documental Buena Vista Social Club: Adiós, de 2017, de Lucy Walker

En ese periodo, entre 2015 y 2016 en que se habían reanudado las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, fue corriente que las productoras estadounidenses acudiesen a la isla para sus proyectos. “Aunque no trabajáramos directamente en coproducciones, muchos cineastas cubanos prestaron servicios para producciones estadounidenses. Y la industria del país revivió mucho, porque teníamos más trabajo. Porque las películas que nosotros hacemos, son películas pequeñas. No tienen un recorrido comercial muy grande. Vivimos de esos servicios, que ofrecemos a producciones internacionales. Pero llegó Trump, y acabó. Ya casi ningún estadounidense viene a filmar a Cuba”.

“¡Tenemos a un país que nos tiene bloqueados!”, se sigue indignando Calviño. “No podemos comprar equipos médicos, que a veces hacen falta. Pero no quiero soltar ese panfleto porque no va sobre eso, la entrevista. Estamos hablando de cine. La respuesta es esa: sí, las relaciones culturales y cinematográficas con Estados Unidos florecieron cuando se restablecieron con Obama. Y ese florecimiento duró muy poco”.

Los recursos de Cine En Construcción

Ante esta situación, iniciativas como el programa Cine En Construcción que celebra dos ediciones anuales en los festivales de Toulouse y San Sebastián es muy útil para dar salida a la distribución en Europa de películas para pequeñas plataformas como Producciones de la 5ta Avenida. En Toulouse, obtuvieron un premio en el programa paralelo Cine En Desarrollo por el documental en posproducción A media voz, de Patricia Pérez y Heidi Hassan, sobre un intercambio de vídeo cartas entre ambas realizadoras cubanas radicadas en Madrid y que cuentan lo vivido desde su salida del país. “Reflexionan sobre el hecho de emigrar, el hecho de ser mujer, el hecho de intentar hacer cine, de intentar hacer arte”, nos resume Calviño.

A nivel de ficción, la productora trabaja en dos nuevos proyectos. Con Lechuga, está preparando su tercer largometraje Vicenta B que narra la historia de una mujer en La Habana quien acercándose a los sesenta se cuestiona toda su vida. El otro proyecto es La mujer salvaje, una opera prima de Alan González y Nuri Duarte casi en tiempo real en la Cuba de hoy. En otro proyecto más ambicioso de Brugués, New faith con Antonio Banderas en la capital cubana, no participan directamente pero eso no quiere decir que no estén al corriente de su evolución.

El reguetón de KandyMan

ARCHIVO | El álbum de 2012 <em>Rompiendo fronteras</em> del cubano Candyman, inventor del <em>cubatón</em>
ARCHIVO | El álbum de 2012 Rompiendo fronteras del cubano Candyman, inventor del cubatón

Y, conectado con la realidad más actual, otro documental al que solo le falta el montaje final y el diseño sonoro es En la caliente sobre el cantante de reguetón KandyMan (antes conocido como Candyman). Lo dirige el cubano-francés Fabián Pisani (uno de los realizadores del filme colectivo 7 días en La Habana) y sigue durante diez años a este músico poco conocido fuera del país pero que sirve al mismo tiempo como una radiografía de los cambios en la juventud de la isla.

“En estos momentos, no puedes subir a un taxi, entrar en un bar o una discoteca, se puede decir que no existe un lugar donde no esté el reguetón”, nos sitúa la productora sobre una realidad que puede ser extensiva a todo el continente y que también llega a España. “Es la banda sonora de Cuba, de alguna manera. Y es un género urbano con un discurso muy frontal que ha generado mucha polémica. No solo desde la mirada oficial, del Gobierno y las instituciones culturales que lo han tildado de vulgar. Puede que haya vulgaridad, creo que la hay. Pero la mirada ha estado demasiado enfocada en el fenómeno de lo que se dice y no de por qué esta es la música con la que una mayoría de la gente se identifica”.

“Yo no escucho mucho reguetón. A mí lo que me interesa del documental es saber por qué es la expresión de la juventud hoy. Cómo la gente se expresa e identifica. De hecho, KandyMan es más bien desconocido. No se fue a tocar con Beyoncé ni con Pitbull. Es alguien que se hizo muy famoso durante mucho tiempo en Cuba en territorio doméstico y muy a nivel de la piratería y el underground”. Porque en un país socialista tampoco se pueden poner barreras a los gustos e intereses generacionales.

De hecho, Calviño había sido invitada en Toulouse para formar parte del jurado de la competición oficial de ficción junto al realizador argentino Mariano Llinás y el crítico francés y exdirector de la Quincena de Realizadores en Cannes Edouard Waintrop. Un trío de lujo, a quien hemos entrevistado uno a uno en esta web, y que nos sirve para tener un amplio panorama sobre el cine latinoamericano en la actualidad.

 

LAURA MORSCH | El jurado de la competición de ficción del Cinélatino 2019 en Toulouse: Mariano Llinás, Edouard Waintrop y Claudia Calviño
LAURA MORSCH | El jurado de la competición de ficción del Cinélatino 2019 en Toulouse: Mariano Llinás, Edouard Waintrop y Claudia Calviño

PALMARÉS CINÉLATINO 2019

FICCIÓN

Gran Premio Coup de Coeur: Los tiburones, de Lucía Garibaldi (Uruguay)

Premio Especial del Jurado: Las niñas bien, de Alejandra Márquez Abella (México)

Mención Especial del Mejor Actor Coup de Coeur: Steevens Benjamin en Perro bomba, de Juan Cáceres (Chile)

DOCUMENTAL

Premio del Jurado: Cuando cierro los ojos, de Michelle Ibaven y Sergio Blanco (México)

CORTOMETRAJE FICCIÓN

Premio Revelación: Arcángel, de Ángeles Cruz (México)

Mención Especial: Susurro bajo la tierra, de Lilia Alcalá (Venezuela)

CINE EN CONSTRUCCIÓN (contribución al montaje definitivo y su distribución y exhibición)

Premio Cine En Construcción Toulouse: Algunas bestias, de Jorge Riquelme (Chile)

Premio Mactari Cine En Construcción: Ceniza negra, de Sofía Quirós (Costa Rica)

CINE EN DESARROLLO (plataforma de intercambio)

Premio BrLab: La misteriosa mirada del flamenco, de Diego Céspedes (Chile)

Premio French Kiss: Somos muchas más, de Julia Heimann y Natalia Laclau (Argentina)

Segundo Premio Frech Kiss: A media voz, de Patricia Pérez y Heidi Hassan (Cuba/España)

 

ARCHIVO | El cartel de la programación Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián 2019
ARCHIVO | El cartel de la programación Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián 2019

FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN (20-28 septiembre)

HORIZONTES LATINOS

Patricio Guzmán (Chile), La cordillera de los sueños (inauguración)

Armando Capó (Cuba), Agosto (Cine En Construcción 32)

Andrés Wood (Chile), Araña

Federico Veiroj (Uruguay), Así habló el cambista

Gael García Bernal (México) Chicuarotes

Romina Paula (Argentina), De nuevo otra vez 

Sebastián Muñoz (Chile), El príncipe (Cine En Construcción 34)

Daniel y Diego Vega (Perú), La bronca 

Paula Hernández (Argentina), Los sonámbulos 

Lucía Garibaldi (Uruguay), Los tiburones (Cine En Construcción 34)

Alejandro Landes (Colombia), Monos

César Díaz (Guatemala), Nuestras madres

Jayro Bustamante (Guatemala), Temblores

Juan Solanas (Argentina), La ola verde (Que sea ley) (proyección especial, fuera de concurso)

Jayro Bustamante (Guatemala), La llorona (clausura, fuera de concurso)

COMPETICIÓN OFICIAL

Paxton Winters (Brasil), Pacificado

José Luis Torres Leiva (Chile), Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Sebastián Borenztein (Argentina), La odisea de los giles

NEW DIRECTORS

Jorge Riquelme Serrano (Chile), Algunas bestias (Cine En Construcción 35)

Ana García Blaya (Argentina), Las buenas intenciones

ZABALTEGI TABAKALERA

Andrés Di Tella (Argentina), Ficción privada

PERLAK

Pablo Larraín (Chile), Ema

CINE EN CONSTRUCCIÓN 36

Joan Gómez (Colombia), El árbol rojo

Agustín Banchero (Uruguay), Las vacaciones de Hilda

Madiano Marcheti (Brasil), Madalena

Ángeles Cruz (México), Nudo mixteco

Mauricio Osaki (Brasil), Os caminhos do meu pai (Los caminos de mi padre) 

Fernanda Valadez (México), Sin señas particulares

 

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