VICENÇ BATALLA. Hace 25 años habría sido difícil imaginar que el Sónar, un ‘encuentro de músicas avanzadas’ en su origen, hubiera incluido tanto rap, reguetón y sonidos afrocaribeños en su programación o que hubiera hecho venir artistas de Uganda, Kenia o Puerto Rico. Y que, además de la tecnología, se convirtiera en un espacio para cuestionar el género. La inteligencia artificial es uno de los ejes en esta vigésimo sexta edición del congreso paralelo Sónar+D, con esperadas y atractivas actuaciones. Pero lo que llama más la atención es que el festival, ahora propiedad del fondo de inversión norteamericano Providence aunque con la misma estructura directiva, haya sabido adaptarse a estos nuevos tiempos millennials de cultura urbana, redes sociales y mundo globalizado. Con una juventud en Barcelona, Madrid, Berlín, Buenos Aires, Durban o Estambul que a veces tiene más cosas en común entre ello·a·s que con el poder que los gobierna. Esta es una disección impura de un Sónar 2019 excepcionalmente en julio (18-20).
Quizás uno de los cabeza de cartel que más ha extrañado a los más puristas ha sido el del puertorriqueño Bad Bunny, que representa la nueva generación del reguetón en la isla donde se patentó. Hay quien incluso ha recogido firmas para impedirlo, sin demasiado éxito. Es un poco absurdo porque hace años que el festival incluye cantantes de rap, sonidos afroamericanos (muchos desde la cabina) y la nueva hornada de artistas digitales locales se basan en este cajón de sastre denominado trap donde cabe de todo y que se identifica más bien en esta estética urbana mundializada.
Rosalía es el mayor exponente, ella que se estrenó como la Beyoncé latina hace un año en el Sónar y que actualmente flirtea con Bad Bunny, después de haberlo hecho con el colombiano J Balvin. Que, de pasada, fue uno de los cabezas de cartel del Primavera Sound de la última edición. Y, para resumirlo más claramente, el primer álbum que sacó el puertorriqueño a finales del año pasado X 100PRE (léase Por siempre) es un gran álbum más allá de los géneros estilísticos. Para redondearlo, Bad Bunny y J Balvin acaban de publicar el disco conjunto Oasis.
Otra cosa es que no siempre sea fácil gestionar los conciertos de estos artistas que de golpe se transforman en los reyes y reinas de las canciones y vídeos mas escuchados y vistos. Por ejemplo, a última hora, ha caído otro cabeza de cartel como es el rapero neoyorquino A$ap Rocky que tenía que venir a presentar su disco Testing. Pero en su lugar los organizadores han anunciado a Stormzy, uno de los puntales de la renovación del grime (la versión británica y oscura del rap). Y también esta prevista la presencia de uno de sus padrinos Skepta que participa en el álbum de A$ap Rocky y acaba de publicar uno de propio, el fabuloso Ignorance is bliss.
Y aunque también se haya caído otra de las figuras emergentes del rap norteamericano Lil Uzi Vert, ya se le ha substituido por otro que le viene detrás y solo cuenta con veinte años Sheck Wess. El californiano Vince Staples no tiene muchos más, 26, pero no debe por qué sonrojarse por el actual jefe de la Costa Oeste Kendrick Lamar.
Del Reino Unido, viene Octavian de unos escasos 23 años y que se ha curtido en los últimos meses como telonero de Christine and the Queens. De Irlanda, el mestizo Rejjie Snow. Y, de Francia, el atípico por unas letras muy personales Lomepal como ejemplo de la nueva oleada de raperos francófonos.
Figuras femeninas heterodoxas
Pero si lo que se encuentra a faltar en esta relación son figuras femeninas de este circuito, están programadas pese a que sean más difíciles de enmarcar. Es el caso de la norteamericana Jlin, que ha hecho evolucionar el footwork de Chicago (un house acelerado y percusivo) hacia nuevas dimensiones. También experimentan el dúo de Filadelfia 700 Bliss formado por DJ Haram y Moor Mather, que darán a conocer su trabajo entre free jazz, spoken word y ruido. Y la inglesa Shiva Feshareki, de origen iraní, que se vale del turntablism (la técnica de manipular los vinilos) para componer estimulantes sinfonías abstractas.
Por su parte, Afrodeutsche reúne desde el Reino Unido sus raíces ghanesas, rusas y alemanas en un proyecto que le ha valido grabar para el sello de culto de Manchester Skam y el colectivo NON de músicos africanos en Occidente liderado por Chino Amobi. En una línea similar y desde Estados Unidos, vōx (en minúsculas y nada que ver con el partido de extrema derecha patrio) parte de versiones de Lamar y otros buenos referentes para explorar su propio mundo.
La californiana K Á R Y Y N, nacida en Siria, tendrá la oportunidad de enseñar por qué la célebre performer Marina Abramovic escogió uno de sus temas para su ópera. Mientras que la sudafricana Sho Madjozi, también actriz, tocará en directo su primer álbum Limpopo Champions League donde hace entrar todas los nuevos descubrimientos de la electrónica de su país, del afrotrap al gqom (versión local del footwork).
Una realidad africana
Porque, en este sentido, Sudáfrica tiene una presencia destacada en esta edición. Está Dj Lag, el inventor en Durban precisamente del gqom. Y, con él, el abanderado Petite Noir, que practica lo que él llama la noirwave y lo plasma en una puesta en escena con la performer Manthe Ribane y el artista visual Michael Tan. Representantes del festival Nyege Nyege que se celebra en Kampala, capital de Uganda, y oficiando como djs están la ugandesa Hibotep y el keniano Sliback.
De hecho, diversos productores occidentales han aprovechado recientemente sus viajes por el continente africano para trabajar nuevas sonoridades electrónicas y hacer directos que pasarán por el Sónar. Se trata del portugués Branko, fundador de Buraka Som Sistema y que ahora va más allá de Angola, los franceses Acid Arab, en un recorrido comprendido entre el Magreb y Oriente Medio, y los israelíes Red Axes, con estancias en Etiopía y Costa de Marfil. De los territorios ocupados, llega Muqata’a que está detrás del colectivo Ramallah Underground como activista hip hop palestino.
Y de Nigeria, aunque viva en Inglaterra desde su adolescencia, se verá a Obongjayar que practica un soul marcado por el afrobeat de su tierra y que le ha servido para que se fijara en él Richard Russell de XL Recordings. Nacida en Teherán, pero residente en Holanda, Sevdaliza por su lado se vale de los sintetizadores para su música con envoltorio teatral.
Sin dejar África, otra de las conexiones del festival es la del jamaicano Masego, que quiere decir bendecido en la lengua de Botsuana, y que desde Estados Unidos se reconoce en lo que él llama traphousejazz. Un cruce de géneros también es lo que postula la norteamericana Sneaks, que no olvida sus orígenes etíopes, y del que sale un combinado de rap, punk y militancia Black Queer. Activismo queer abrazado a su vez por la tunecina Deena Abdelwahed, ahora instalada en Francia, que ha grabado el futurista Khonnar en los estudios del barcelonés Clip! y que traslada en concierto con su ácida voz.
Arca y la identidad de género
En el momento en que la identidad de género se hace cada vez más fluida, el festival cuenta en esta edición con tres claros representantes. El más conocido es el venezolano·a Arca, que ha rebautizado su nombre real como Alejandra Ghersi como rechazo a ser encasillado en un rol masculino o femenino sin necesidad de optar por ser transexual. A la espera de su cuarto álbum, anuncia un nuevo espectáculo cabaretero y con invitado·a sorpresa.
La misma jornada, el productor tejano Lotic establecido en Berlín J’Kerian Morgan se rodeará de una corona reactiva de luz plasmática para exhibir su rap mutante. Y que se apoya en el mago de la iluminación Emmanuel Biard. Y, de forma paralela y otra vez desde Sudáfrica, el dúo de Johannesburgo Faka integrado por Fela Gucci y Desire Marea prepara una actuación tan musical como política en su reivindicación LGTB y de denuncia de una situación en el continente en realidad post-colonial.
Nutrida delegación latinoamericana
Las propuestas que salen de los circuitos convencionales, tanto en formas como en fondo, dispone de una nutrida delegación latinoamericana. Aparte del ya citado Bad Bunny, el norteamericano Jesse Baez de raíces guatemaltecas también canta en castellano y ha protagonizado gira en Estados Unidos con el barcelonés C Tangana.
En su caso, la mexicana Camille Mandoki juega con su voz para construir piezas de orfebrería. De Colombia, ha$lopablito trastoca los códigos del trap para lanzar diatribas contra las disfunciones políticas de su país. Y, desde Buenos Aires, debutará en Europa el multiinstrumentista y vocalista Ca7riel acompañado a la batería de Paco Amoroso. La también argentina Catnapp, que actualmente vive en Berlín, aportará su dosis de rabia y dolor.
Ya familiares en el certamen, los investigadores del folklore andino proyectado hacia la psicodelia electrónica Dengue Dengue Dengue y Nicola Cruz mostrarán sus últimas producciones discográficas. Los primeros desde la sensibilidad peruana y los segundos, desde la ecuatoriana.
El ‘trap’ local y otras rarezas
La representación local, catalana y española, del fenómeno del trap cuenta con una decena de nombres que ya no solo aparecen en el escenario SonarXS creado hace dos años especialmente para ello·a·s sino que han roto audiencias y se merecen espacios más grandes. Uno de los ejemplos más evidentes es el de Bad Gyal, la chica del Maresme que ha sido fichada por la multinacional del rap Interscope Records en la estela del triunfo de Rosalía. El otro es el granadino Dellafuente, que con sus raíces flamencas también llega cada vez a un público más amplio.
A estos dos nombres, hay que añadir el del productor madrileño Dano, el amo del Bogatell Cecilio G, el vallesano Lil Moss, la cántabra Aleesha, la ibicenca Deva y la iconoclasta Virgen María, hija de la actriz Verónica Forqué. Un elenco heterodoxo y colorista preparado para marcar perfil.
Fuera de la filiación generacional, hay veteranos como los de Gràcia Macromassa con su último álbum Sucede allí, francotiradores como el dúo Za! que se asocia con el laboratorio de Estambul Ouchhh para ensayar la teoría física de las cuerdas, el flamenco político de los sevillanos Los Voluble esta vez sin Niño de Elche, el directo en solitario de la alicantina Ylia, la inclasificable vasca RRUCCULLA, la apuesta electrónica de Oliver Arson con Territoire, la banda sonora del videojuego GRIS de Berlinist, la intimidad del dueto Desert, el retorno a casa de MANS O y el show audiovisual de Hamill Industries conjuntamente con Shelly batejat como Audible spectrums.
Sónar+D e inteligencia artificial
La búsqueda tecnológica de Hamill Industries nos hace entrar en un capítulo aparte sobre la interacción entre la inteligencia artificial y la música. Que constituye una de las temáticas principales del congreso simultáneo Sónar+D, que se abre el miércoles 17 de julio. La artista que llama más la atención es la norteamericana Holly Herndon, de vuelta a Berlín, que ha inventado el robot femenino Spawn para que le replique con sus voces en el álbum PROTO y que crea sonidos continuamente. En una charla y en concierto, Herndon se acompañará de su estrecho colaborador Mat Dryhurst.
El japonés Daito Manaba también experimenta con el doctor Yukiyasu Kamitami para convertir en imágenes las sensaciones cuando escuchamos música. El británico Actress se ha apuntado asimismo a la inteligencia artificial con su proyecto Young Paint Live. Mientras que otras propuestas sobre lo visible y lo invisible corren a cargo de los italianos Quiet Ensemble y su Back symphony y los canadienses Wiklow y su Membrane, que desarrollan lo que llaman la biosincroniciad. Espectáculos a presenciar tranquilamente sentados en el SonarComplex.
Pianos preparados
En su caso, el más atemporal y minimalista pianista norteamericano Bruce Brubaker se ha aliado con el productor de techno alemán Max Cooper para llevar al directo Glassforms. De pianos preparados y retorcidos hay más, como el germano Hauschka que en esta ocasión se vale del ingeniero italiano Francesco Donadello o de la originaria de Brooklyn Kelly Moran que presenta su álbum para Warp Ultraviolet en formato audiovisual.
Igual de transgresora es la italiana Caterina Barbieri, que desde Berlín trabaja con sintetizadores modulares y los últimos avances científicos para elaborar discos tan enigmáticos como Born again in the voltage. La suya es una de les 64 caras de activistas que han sido escogidos·a·s este año dentro de la red de festivales parecidos en el continente We Are Europe. Y que, en esta edición del Sónar, recibe a los certámenes de Colonia c/o Pop y de La Haya TodaysArt.
Otros conciertos europeos a destacar corresponden a los también italianos Lorenzo Senni y Yakamoto Kotzuga, los austríacos Fennesz y Anger, los inglese·a·s Maya Jane Coles, Ross From Friends, Murlo i Neon Chambers, el norirlandés J. Colleran, los franceses SebastiAn y FKJ, el belga Milan W., el noruego FAKETHIAS, la griega Anna Vs. June y la checa Katarzia. Y, en el capítulo de vacas sagradas, hay que añadir el exitoso Paul Kalkbrenner y los incombustibles Underworld. En total, serán 140 actuaciones con una cincuentena de djs. La mitad de estas actuaciones con carácter de estreno.
The Matthew Herbert Brexit Big Band y Christian Marclay
Pero quizás uno de los conciertos más originales que se prepara es el del inglés Mathew Herbert que desembarca, el domingo 21, en una convocatoria conjunta con el Festival Grec con su The Matthew Herbert Brexit Big Band. Toda una irónica declaración de principios sobre su postura sobre el No de los británicos a continuar en la Unión Europea, que puso en marcha justo después del referéndum yendo a buscar músicos y cantantes de todos los Estados miembros con performances com el desguace de un Ford Fiesta. Lo editó en disco, a modo de sinfonía, el pasado 19 de marzo (fecha en la que el Reino Unido tenía que abandonar la UE) como The state between us. Y lo presenta en el anfiteatro de Montjuïc con veinte músicos y cincuenta cantores de la Escola Superior de Música de Catalunya.
Otra de las actuaciones especiales es obra del artista conceptual suizo-americano Christian Marclay, que aprovecha su retrospectiva en el Museu d’Art Contemporani de Catalunya (MACBA) para proponer a diez pianistas (entre ellos el gran Agustí Fernández) que improvisen en la Capella del MACBA a partir de las cien imágenes que él les irá lanzando en este Investigations.
La inquieta colombiana Lucrecia Dalt, por su parte, protagonizará una intervención sonora Dazwischen en el Pabellón Mies Van der Rohe. Y, en el centenario de la invención del aullante theremin, los barceloneses The Pinker Tones con el grupo de cuerdas Quartet Brossa proponen Leon en clave de ópera pop en el Casino L’Aliança del Poble Nou.
El negocio de la tecnología y los festivales
Otra de las apariciones esperadas es la del músico de Bristol Robert del Naja, alias 3D, para la inauguración oficial del Sónar+D el jueves al anochecer. El miembro de Massive Attac y artista visual (algunos dicen que detrás de la firma Bansky) compartirá escenario en una conversación con Andrew Melchior, responsable tecnológico de la banda.
Este séptimo congreso paralelo de creatividad y tecnología, en el que se esperan a más de veinte mil personas y 5.000 profesionales, contará con unos doscientos mentores de 26 nacionalidades diferentes. Lo que abre la puerta al Sónar a participar, en febrero que viene, en el gigantesco Mobile World Congress. Será a partir de una programación cultural paralela llamada XSide.
Movimientos que también se explican porque, en verano pasado, se supo que el fondo de inversión norteamericano Providence Equity Partners había comprado una parte mayoritaria del Sónar. Los tres propietarios de la empresa, Ricard Robles, Enric Palau i Sergio Caballero, no han querido dar las cifras concretas pero la prensa económica lo ha situado entre el 60 y el 80 por ciento y quince y veinte millones de euros. Providence ha creado la subdivisión Superstruct Entertainment para gestionar estas adquisiciones y otras como el festival húngaro Sziget o la promotora catalana Elrow, en una concentración progresiva del negocio mundial de los conciertos. Los tres propietarios aseguran que la dirección ejecutiva continúa en sus manos y la entrada de capital les da la oportunidad de seguir expandiéndose hacia otros países com un nuevo Sónar en octubre en Atenas.
Ángela Molina, de viaje
Sorteado el obstáculo de la feria IMTA de maquinaria textil, que les ha obligado por primera vez en su historia a desplazar el festival de junio a julio, lo que es seguro es que el responsable de la imagen artística Sergio Caballero no ha perdido su humor e intencionalidad. La campaña de este año está basada en el cortometraje Je te tiens: la canción francesa que juega a aguantarse la barbilla mutuamente uno frente al otro hasta que el más listo retira la mano para darle un cachete al otro. El cortometraje completo, con Ángela Molina de protagonista y ventrílocua dentro de un coche con quien representa que es su hija que se quiere suicidar en un entorno gélido y tenebroso marca de la casa, se presentó en la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes. Quien quiera conocer el final de la historia que pase por la instalación del SonarSpoiler.
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